Philippe Cyroulnik, 2012 ____________________________
Dossier de presse, Galerie MGE, Paris
Philippe Cyroulnik, 2012
2011 . acryl sur toile . (Ref.09).
150 × 150 cm.
Las pinturas y los dibujos de Ernesto Riveiro fusionan el trazo, la mancha y la línea produciendo obras deliberadamente composites. Sus pinturas constituyen espacios linderos donde lo visible tiende a disolverse en un laberinto de colores, de brillos y de brechas de la pintura y del dibujo. En ese trabajo, la pintura es como un tamiz donde una línea, un trazo pueden encarnarse, en un momento, en lo que sería un esbozo de una figura o un objeto. Pero son atraídos en la corriente de los trazos, y de los estratos del dibujo hecho por el color. Ese movimiento de inmersión y de surgimiento de algo visible en la trampa del color, en la red del trazo, constituye la esencia de su pintura. Frente a esas obras, nos encontramos en una situación que se inscribe al mismo tiempo en el campo de la aparición y de la remanencia. La pintura oFrece sus estratos visuales, el dibujo sus tramas y sus mallas. El gesto del color y la aventura de la línea están al servicio de un movimiento constante de las formas y de los espacios. Hacen de lo inestable, una calidad y del desconcierto perceptivo que produce, una fuerza.
Philippe Cyroulnik, 2012 ____________________________
Dossier de presse, Galerie MGE, Paris
Philippe Cyroulnik, 2012
2011 . acryl sur toile . (Ref.09).
150 × 150 cm.
Las pinturas y los dibujos de Ernesto Riveiro fusionan el trazo, la mancha y la línea produciendo obras deliberadamente composites. Sus pinturas constituyen espacios linderos donde lo visible tiende a disolverse en un laberinto de colores, de brillos y de brechas de la pintura y del dibujo. En ese trabajo, la pintura es como un tamiz donde una línea, un trazo pueden encarnarse, en un momento, en lo que sería un esbozo de una figura o un objeto. Pero son atraídos en la corriente de los trazos, y de los estratos del dibujo hecho por el color. Ese movimiento de inmersión y de surgimiento de algo visible en la trampa del color, en la red del trazo, constituye la esencia de su pintura. Frente a esas obras, nos encontramos en una situación que se inscribe al mismo tiempo en el campo de la aparición y de la remanencia. La pintura oFrece sus estratos visuales, el dibujo sus tramas y sus mallas. El gesto del color y la aventura de la línea están al servicio de un movimiento constante de las formas y de los espacios. Hacen de lo inestable, una calidad y del desconcierto perceptivo que produce, una fuerza.